Hoy 30 de Enero se conmemora el aniversario de la muerte del Mahatma Gandhi, líder pacifista indio que defendió y promovió la no violencia y la resistencia pacífica frente a la injusticia. Este día nos recuerda la importancia de educar en y para la tolerancia, la solidaridad, el respeto a los derechos humanos y la no violencia y la paz.
El Día Escolar de la No Violencia y la Paz fue declarado por primera vez en 1964 en España. Surge de una iniciativa pionera, no gubernamental, independiente, y voluntaria, por parte del poeta y pacifista mallorquín Llorenç Vidal, para apoyar una educación no-violenta y pacificadora de carácter permanente. Como diría Gandhi, "no hay camino para la Paz, la Paz es el camino."
Vivimos en la cultura de la violencia, donde la televisión, los cuentos, las películas infantiles, los videojuegos, las noticias, etc… están cargados de agresividad y violencia, donde los niños, niñas y jóvenes están constantemente expuestos/as a ella. La normalización de la violencia se pasa por alto, sin pensar o reflexionar sobre las consecuencias que pueden traer a nuestro bien más preciado, la infancia.
Cabe destacar que los niños y niñas no sólo son víctimas de la violencia, sino que también aprenden a ejercerla contra los demás y contra sí mismos. Según Carol Herrera, doctora en humanidades y comunicación, a los niños les contamos historias que se desarrollan en torno a la aniquilación de los enemigos. En casi todas las películas infantiles hay enemigos que quieren matar al protagonista, la misión del héroe es exterminarlos.
El Otro, los Otros, las Otras, son calificativos que pueden entenderse de muchas maneras y usar en los más diversos sentidos y contextos (como por ejemplo para diferenciar sexos, generaciones, nacionalidades, religiones, etc.), con la simple idea de diferenciarnos de otras personas (Kapuscinski, 2007). Pero es importante que seamos conscientes de que para estas personas también nosotros/as somos ese Otro, Otra; también nosotros/as somos diferentes. Ahora bien, ¿Qué sucede cuando nos encontramos con ese Otro, Otra? Al encontrarnos con ese Otro, Otra, se nos abren tres posibilidades: enfrentarnos, aislarnos o establecer un diálogo.
Desarrollar la capacidad de ponernos en los zapatos de otros y otras, en definitiva, desarrollar la empatía, es fundamental para la abolición de la violencia. Porque si creemos que el otro es el enemigo, las opciones se reducen solo a dos: enfrentarnos o crear una muralla que nos aísle. Enseñar a nuestros jóvenes valores sobre la genuinidad de la diferencia es fundamental para
poder generar espacios de diálogo para la resolución de conflictos.
Una de las mayores problemáticas actuales en la mayoría de los centros escolares es el llamado buylling o acoso escolar, actos de violencia continuados y sostenidos en el tiempo, que tiene unas consecuencias terribles en nuestros jóvenes, a veces irreversibles. Hasta el momento no se ha detectado un perfil claro de niño o niña, pero según Jose Ramón Ubieto lo que sí encontramos como rasgo característico de la víctima es que es alguien que ante una intimidación no puede responder y queda callado/a frente al acoso. Ese no poder responder es lo que los acosadores captan enseguida y los/as convierte en víctimas. Por ello la importancia de no hacer oídos sordos ante la violencia, quien la presencia es igual de responsable que quien la ejerce.
Por todas estas razones es importante siempre tener presente que una educación inspirada en una cultura de no violencia y paz permite a nuestros niños, niñas y jóvenes, adquirir actitudes y conocimientos para convertirse en personas comprometidas con sus derechos y los de otras personas. Para ello es importante colocar a la infancia en el centro, y crear espacios seguros donde ellos puedan hacer escuchar sus voces.
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