Más que entender a la infancia como personas vulnerables necesitadas de apoyo y protección queremos poner el foco en las potencialidades, recursos y capacidades de los niños y las niñas. Por eso partimos de una validación constante de la voz de la infancia y un respeto absoluto de la identidad infantil.

La principal aportación de la Convención de los Derechos del niño de 1989 es la dimensión de CIUDADANO del niño/a, por tanto los niños y niñas son sujeto de derecho y su opinión ha de ser tenida en cuenta. Es por esto que la PREGUNTA y LA ESCUCHA siempre están presente en la dinamización de nuestras sesiones y consideramos importante brindar espacios para la comunicación de sus opiniones, visiones, necesidades y propuestas o demandas.

Poner más peso en lo que los niños y niñas saben, porque saben y mucho, que en lo que los adultos podamos aportar. La actitud de curiosidad genuina del adulto debe estar constantemente presente en la relación con la infancia en la implementación de estos programas. Detrás de lo que el adulto puede entender que no tiene sentido, hay un sentido para el niño o la niña.