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Confinamientos y distancias.

Actualizado: 2 jul 2020

Tras la crisis sanitaria del Covid-19, el mantenimiento de las distancias de seguridad se ha constituido como una de las principales medidas de prevención de los contagios. Medidas de distanciamiento obligadas que en estos días van cobrando multitud de matices, multitud de traducciones.


Hay distancias que se traducen en nostalgia, en la añoranza de personas, actividades y rutinas cotidianas. Extrañamos no solo a las personas sino el encuentro con los otros, los besos, los abrazos, las risas...

Extrañamos las rutinas diarias en forma de café del medio día, el bullicio de los bares, los paseos por los calles, los jaleos de los parques, el ruidoso tráfico, las compras en libertad y hasta en libertinaje, todos esos gestos de socialización tan propios de nuestra identidad cultural. Nostalgia también de las rutinas diarias que nos produce desidia en la normalidad.


En ocasiones las distancias han cobrado forma de orden, de orden de armarios y de pensamientos, de prioridades y valores, de necesidades... hemos llegado a ordenar aquello que en nuestra anterior cotidianeidad apenas llegábamos a ver porque como se relata en El Principito “lo esencial es invisible a los ojos”.


La distancia en estos días, aun sonando paradójico, ha tomado forma de encuentro; nos encuentra con uno mismo (o más bien reecuentro), y nos reencuentra con aquellos con los que convivimos, recordando lo que nos une y haciéndonos vivir con intensidad lo que nos separa, obligados a seguir manteniéndonos, entendiéndonos y nuevamente encontrándonos… una distancia que nos ha reencontrado hasta con lo olvidado; el poder del juego, la lectura, el aburrimiento, la comunicación, el contacto, el sonido de los pájaros... Una distancia que nos fuerza a buscar formulas para superarla: estamos seguros que nunca antes usaste tanto la videollamada, nunca antes consultaste tanto las redes, viste la TV, saliste al balcón con la intención de disfrutar el encuentro desde la distancia…. Estos días han estado llenos de intenciones para salir siguiendo dentro, has explotado y exprimido tus talentos, has buscado formulas para dar continuidad a tus aficiones, nunca antes recuerdo estar tan dentro de casa, de mi mismo y de mi comunidad.


Sin embargo, estas distancias también adquieren formas dolorosas, las que cobran las distancias necesarias para velar por la protección de aquellos a quienes queremos. Queremos aprovechar para dedicar unas frases y honrar a aquellos/as padres, madres o cuidadores/as, que han puesto por delante de sus propias necesidades, la integridad y el interés superior de sus hijos/as y que muy probablemente puedan estar viviendo esta decisión con hilos de culpa o tristeza.


Nos referimos concretamente a todos/as los padres y las madres que ejercen su función profesional en el ámbito sanitario, el sector de la alimentación o que contribuyen a dar respuesta a las necesidades de los y las ciudadanos/as desde su quehacer profesional. Si te detienes un rato, podrás ser consciente de toda esa red de amistades, familiares o personas no tan allegadas que desarrollan estos servicios ahora denominados servicios esenciales: Mónica trabajadora de cadena de alimentación; Marian auxiliar de farmacia; María José trabajadora de la administración local; Carmen Rosa y Antonio en el sector de la panadería; Iván y María médicos; Yaiza agente de policía, Patricia educadora social; Lorena y Aitor profesionales de la enfermería; Rubén personal de empresa de limpieza…. Aquellos/as padres, madres o cuidadores/as que bien por evitar contribuir al contagio de sus hijos/as, o por no poder dar respuesta desde la exclusividad a las necesidades derivadas del confinamiento en los niños y las niñas ha llegado incluso, a adoptar la decisión de otorgar esta responsabilidad a otros/as, realizando un paréntesis en la convivencia familiar.



Ahora que posiblemente les embarga la añoranza de los gritos, mimos, juegos, bullicios del hogar, recuerden que también desde la lejanía opera la magia del amor y que no es necesario estar cerca para estar juntos/as, que las manos protectoras de los vínculos sanos llegan lejos, que en ocasiones las distancias agrandan los afectos y que en ella las palabras cobran más magnitud, que la lejanía permiten ver el paisaje para transitarlo mejor una vez en ellos, y sobre todo, recuerda que cada día estas más cerca de disfrutar la alegría de estar de nuevo en familia. Pero mientras este momento llega, y afrontas esta dura situación sin el confort de la compañía de “los nuestros”, te proponemos dotar estos días de sentido y aprovechar la experiencia para explorar los vínculos que te mantienen en tu familia.



Quizá sería un gran regalo registrar todas las emociones que esta situación te están generando, toda esa añoranza, en un diario que adquiera forma de regalo para tu hijo e hija cuando esta situación desaparezca, algo así como empaquetar en páginas ese amor que ahora resulta difícil expresar sin abrazos y besos. Podríamos registrar entre todos/as todo aquello que añoramos hacer juntos/as, aquello que más nos gusta, para que cuando reanudemos la convivencia lo retomemos con más fuerza, o todo aquello que nos gustaría hacer que generalmente no hacemos para adquirirlo como un firme propósito.


Es importante visualizarnos desde el disfrute en un futuro no muy lejano, focalizarnos en la futura presencia antes que en la no presencia presente, porque como se refleja en El Principito “Lo que realmente embellece al desierto es el pozo que se oculta en algún sitio”.


- NO OLVIDES QUE TU GENIALIDAD ES INMENSA Y SEGURO SABRÁS ENCONTRAR FÓRMULAS QUE TE ACERQUEN A ESE POZO QUE ES EL ENCUENTRO CON EL OTRO/A QUE TANTO AÑORAS -


¿QUE MENSAJES PODEMOS LANZAR A ESTAS FAMILIAS PARA POTENCIAR SU BIENESTAR?

¿QUE IDEAS SE TE OCURREN QUE PUEDEN ARTICULAR ESTAS FAMILIAS PARA DOTAR DE SENTIDO ESTA EXPERIENCIA?


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