El Día 15 de Mayo se celebra el Día Internacional de las Familias con la intención de concienciar a la comunidad sobre el papel de las familias en la educación y la formación de los hijos e hijas. Esta fecha además se torna como una oportunidad de generar actuaciones para promover lazos y unión familiar.
Las familias juegan un papel clave en la protección y adecuada atención a los niños, las niñas y adolescentes y deben ser agentes de promoción del buen trato a la infancia, labor ésta en la que deben ser apoyadas por parte de los poderes públicos.
Sin embargo, cabe destacar que este papel de la familia en relación al cuidado y crianza de la infancia ha experimentado una evolución paralela a la evolución histórica del concepto de infancia. Hasta hace relativamente poco, la infancia no ha sido considerada una etapa de especial interés. En la etapa clásica (Grecia/roma) surge por primera vez el concepto de patria potestad, queriendo poner de relevancia obligaciones de los padres y las madres para con los hijos e hijas pero sin embargo fue una etapa marcada por la esclavitud infantil. En la Edad Media, los hijos y las hijas, eran entendidos como una propiedad de los padres y de las madres y tenían un uso mercantil. Con la Revolución Industrial, las exigencias de la producción exigieron la utilización de la infancia como mano de obra quedando mermado el bienestar de este colectivo. No fue hasta después de la segunda guerra mundial cuando surgieron las intenciones de generar un marco que otorgara un especial tratamiento a la infancia.
Hablar de bienestar infantil y protección a la infancia comienza a cobrar sentido sobre los años 50 del pasado siglo, cuando tras la Segunda Guerra Mundial, surge un hito en el tratamiento a la infancia, que consiste en la necesidad de procurar un tratamiento protector a la infancia por las consecuencias de la devastación social y especialmente la situación de orfandad en la que quedaron muchos niños y niñas. En la Declaración de los Derechos del Niño de 1959, se refleja la necesidad del desarrollo de actuaciones protectoras a la infancia y poner de manifiesto los Derechos de los niños y las niñas. Sin embargo este marco no fue suficiente al no conferir responsabilidad a los poderes públicos.
En nuestro país, La Constitución Española de 1978 al enumerar, en el capítulo III del Título I, los principios rectores de la política social y económica, hace mención en primer lugar a la obligación de los Poderes Públicos de asegurar la protección social, económica y jurídica de la familia y dentro de ésta, con carácter singular, la de los menores.
Pero sin lugar a dudas el mayor hito en materia de infancia ha sido la Convención de los Derechos del Niño, donde se proclama como principal aportación la ciudadanía de la infancia y a lo largo de 54 artículos se determinan los Derechos de los Niños y las Niñas y la obligatoriedad de su cumplimiento por parte de los Poderes Públicos.
Esta convención y su ratificación por parte de nuestro país, un año después, 30 de noviembre de 1990, ha supuesto un revulsivo en el desarrollo legal en material de infancia, motivando la ley 1/96 de protección jurídica del menor en nuestro país.
Esta evolución del concepto de la infancia ha ido aparejada de una evolución paralela en la labor de la Parentalidad o lo que es lo mismo el papel que jugamos como padres y madres en la atención a nuestros hijos e hijas. La consideración de los niños y las niñas como ciudadanos/as de derechos necesariamente ha supuesto un cambio en la manera de entender el ejercicio de nuestro labor como padres y madres, en la que frente al ejercicio de la autoridad para que los/as hijos/as obedezcan, se antepone el ejercicio de preservar los derechos de los/as mismos/as, sin menoscabar los nuestros propios, y el fomento de sus capacidades críticas y de participación en el proceso de socialización, al mismo tiempo que se promueve progresivamente su autonomía y contribución a la vida comunitaria. En definitiva acompañar a nuestros hijos e hijas en su preparación para una ciudadanía activa, lo que sin dudas no esta exento de complejidad.
Esta nueva manera de entender la Parentalidad trae a su vez aparejada una manera de apoyar a las familias en este ejercicio de responsabilidad parental y requiere de políticas públicas de apoyo que garanticen que todas ellas tengan acceso a los recursos materiales, psicológicos, sociales, culturales adecuados para lograr tal fin. Al mismo tiempo se hace necesario promover la sensibilización sobre este importante papel de las familias.
Por esta razón desde los municipios de Buenavista del Norte, Los Silos, Garachico, Icod de los Vinos, El Tanque, La Guancha y San Juan de la Rambla en colaboración con la Unidad Orgánica de Infancia y Familia del Instituto de atención social y sociosanitaria del Cabildo insular de Tenerife, se aúnan esfuerzos para el desarrollo desarrollando acciones dirigidas a la infancia, a las familias, a la comunidad en general, incorporando en ellas el enfoque de los derechos del niño y creando oportunidades para que las opiniones de los niños y las niñas sean escuchadas.
Te animamos a estar atentos a nuestras redes sociales si quieres hacer un seguimiento o participar de alguna de estas actuaciones… ¿ Te animas a participar?
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