La FAMILIA, un concepto que a lo largo del tiempo y en las sociedades actuales ha ido adquiriendo tantos matices y colores como familias hay, sin duda podríamos decir que sus realidades contemplan una banda cromática más amplia que el propio arcoíris. La familia no es estática, es dinámica, está viva, cambia por segundo en sus dinámicas y estructuras. En ocasiones evoluciona, en otras involuciona, crece, decrece, en ocasiones para volver a crecer, se inventa, se reinventa… pero siempre perdura.
Las familias son diversas, son múltiples y plurales en su estructura, funcionamiento, valores y composición: familias que se cuentan dentro un hogar y familias que superan sus muros hasta expandirse por el mundo; familias más grandes, más pequeñas, que se quieren de cerca, que se quieren de lejos, que se quieren pero no lo expresan, que se expresan constantemente, familias con o sin secretos, familias con grandes recuerdos, familias ruidosas, familias calladas…
En nuestras dinamizaciones en el aula invitamos a los niños y niñas a reflejar a su familia en una hoja de papel, una tarea aparentemente sencilla pero que entraña una gran complejidad en estos tiempos de pluralidad. Una tarea, que de manera casi instantánea, comienza a plantear profundas dudas: ¿La pareja de mamá es mi familia? ¿Y los hijos de ésta son mi familia? ¿Cómo hago el dibujo si papá y mamá ya no viven juntos? ¿Y cómo es esto que tú tienes dos mamás? ¿Y podré colocar a mi mejor amiga que para mí es mi familia? ¿Y las mascotas (decía una niña que tenia 180 agapornis), puedo dibujar mis mascotas? ¿Colocaré a mi tío que casi no veo pero al que tanto quiero?, yo paso de dibujar a mi hermano/a... mis abuelos ya no están, pero por favor ¿Puedo ponerlos en mi dibujo?....y así un sinfín de dudas más, “ricas dudas que esconden riquezas”….
El desarrollo de esta sencilla actividad siempre nos lleva a que aquello que consideramos familia no siempre viene determinado por los lazos de la sangre o por la convivencia, sino más bien por los lazos del amor, aún el amor distante o lejano o el amor que no necesariamente se manifiesta presente.
Las familias son diversas y plurales, pero todas ellas tienen conferida una misma responsabilidad: procurar el bienestar de aquellos que en ella crecen y, una de las condiciones para hacerlo, es ser garante de los Derechos de la Infancia. La familia es el contexto protector más próximo de la infancia. Generalmente suele ser el espacio más seguro del que disponen los niños y las niñas para ensayar el mundo; una ventana para mirar el mundo, una plataforma para salir al mundo, una herramienta para afrontar las dificultades que encontramos viviendo el mundo. Sin embargo, la experiencia en el trabajo de aula con niños y niñas, nos dice que es el contexto en que más dificultades manifiestan a la hora de comunicar sus opiniones o propuestas. Los niños y las niñas con los que desarrollamos nuestro trabajo en el aula, son conocedores de los muchos esfuerzos que realizan sus familias para cubrir de la mejor manera posible sus necesidades y, por ello, les da temor, pudor, vergüenza…, la posibilidad de hacer daño a sus familiares con sus propuestas u opiniones:
“queremos que estén más presentes, que juguemos más juntos, que compartamos más experiencias, pero también somos conocedores de las dificultades que tienen para esto"
Estas respuestas ponen de manifiesto que los niños y niñas tienen una gran sensibilidad y una gran conciencia de las realidades que atraviesan los/as cuidadores para conciliar, para ajustarse a las demandas infantiles y denotan también esa mirada de la infancia hacia la FAMILIA, cual regalo usan prudentes por miedo a romper, sabiendo que aquello que tiene entre sus manos es tan valioso como para conservarlo.
Desgraciadamente las familias no siempre disponemos de las condiciones para la escucha, para la perfecta atención a las necesidades que nos plantea la infancia, en ocasiones nuestro cerebro primitivo deja escapar palabras o traduce gestos que empañan esa ventana al mundo que somos para nuestros hijos e hijas, pero este es un “vaho” que puede desaparecer si aplicamos calor o si abrimos la ventana para airearnos…
En estos días de manera especial la FAMILIA ha cobrado una mayor intensidad, vivimos unos tiempos en los que de manera casi inevitable se nos invita a reflexionar sobre las dinámicas habituales y nos invaden también los anhelos del encuentro; ese anhelo que en lo cotidiano en ocasiones se disipa. Hemos recuperado e intensificado lo que nos une y luchado para acortar las distancias que nos separan: explorando formas alternativas para encontrarnos, y buscando también estrategias para acortar las distancias en las opiniones, en los valores, en las preferencias, en los afectos… Condenados a convivir desde la intensidad o la distancia, hemos descubierto nuestros verdaderos valores, hemos recordado que la familia es la principal compañía en el tránsito por la vida,
en estos días la FAMILIA se escribe con mayúsculas, como todo lo que es grande, como todo lo destacable, como todo lo importante.
“Las familias son diversas, tienen diferentes historias, condiciones y valores pero finalmente lo verdaderamente importantes es que puedas sentir eso que te une: para unos es un beso, para otros un dulce te quiero, para otros un abrazo, un auxilio ante el dolor de una gran caída, es el cuidado en la enfermedad, es un viaje compartido, es una celebración a la que no faltar, es la preparación de mi plato favorito calentito, es el compartir, es el gesto de dar el último trozo del mejor pastel, es la risa en compañía, son los oídos siempre atentos, son los consejos a tiempo, son el respeto y el mimo de las identidades, es un detalle, es la presencia plena que anima a la comunicación... lo importante es en definitiva, que puedas sentir ese hilo que te une como la cometa a la mano, como la cometa que vuela segura porque a pesar del fuerte viento sabe que la mano socorre…
En las manos a las que te llevan esos hilos está tu familia.
¡Recuerda suscribirte para dejar tus comentarios!
La familia supone el elemento básico emocional, social, humano, económico y a también a otros niveles con el que construimos nuestra realidad, es el primer nivel "supraindividual" del tejido de nuestras comunidades, y responde a la necesidad gregaria del ser humano para la supervivencia como especie. Con este papel fundamental en nuestra existencia, cobra una evidente relevancia y tal vez por eso a veces ha sido utilizada de manera partidista relacionándola a valores o ideologías, lo cual en mi opinión resulta una perversión de su esencia, esencia desde la que entiendo que familia es o debe ser el grupo de apoyo primario de cualquier persona, indiferentemente de si existen o no lazos de sangre, o de la naturaleza de las…